Escalímetro

Hoy voy a comentaros mi experiencia con uno de mis instrumentos imprescindibles de trabajo: el escalímetro.

Para los que seáis un poco profanos en la materia, comentar que un escalímetro es una regla con funcionalidades añadidas, ya que permite trabajar con escalas diferentes con sólo colocarla en la posición adecuada.

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Qué es un escalímetro

Esto mismo me pregunté yo cuando, estando esta regla encima de la mesa, la estaba observando intentando hallar que utilidad le podría aplicar. Para un neófito en dibujo técnico como por ejemplo yo, el escalímetro es una regla bastante curiosa. Lo que primero llama la atención es su peculiar forma gracias sus tres vértices con la escala indicada en cada cara de los vértices. Lo que da un total de seis caras y por tanto, seis escalas diferentes. Por ejemplo, el modelo de «Faber-Castell» está graduado a 1:100 (Escala normal), 1:200, 1:250, 1:300, 1:400 y 1:500.

Mirado de perfil, el escalimetro tiene la misma forma que el logotipo de la marca automovilística Mitsubishi. Ahora iré a mirar si es que para hacer el logotipo se basaron en la forma de un escalimetro o bien es casualidad, fruto de mi imaginación.

Este escalimetro esta hecho con plástico duro de buena calidad y es de color blanco, con los números y escalas pintadas de negro.

El problema de tener los números pintados es que si se utiliza mucho, y sobretodo si la persona que opera con el tiene problemas de sudoración en las manos, los números con el tiempo se pueden llegar a borrar. No es mi caso, pues de momento los números están en perfecto estado.

Finalmente, este escalímetro se guarda dentro de una caja especial de plástico transparente, con el logotipo «Faber-Castell» bien grande y con una pegatina que indica las escalas con los que esta graduado el utensilio.

Escalímetro Faber Castell

La dimensión habitual de este utensilio es de 30 cm. aunque tengo alguno chiquitín (de 10 cm) que te permite trabajar con escalas pequeñas (1:20, 1:25, 1:75, etc).

Este de 30 cm. que os comento opera con las siguientes escalas: 1:100,200,250,300,400,500; que son las más usuales en arquitectura e ingeniería si no trabajamos a nivel de detalle, donde empiezan a ser más habituales 1:20 y 1:50, incluso 1:10 y 1:1.

Su manejo es muy cómodo, ya que podemos saber la dimensión del objeto rápidamente en metros con solo girar el instrumento y seleccionar la escala adecuada.

También puede usarse como la típica «regla de toda la vida», usando la escala 1:100, que nos da la medida en centímetros (o en metros, según corresponda).

Respecto a su diseño, no aporta nada nuevo, siendo similar a otras marcas; pero donde se distancia de la competencia es en la calidad de los plásticos, que es excelente y resiste bien golpes caídas, aunque es inevitable que se achaflane alguna arista con el uso.

Otra de sus virtudes es que las marcas de tinta de la escala graduada están grabadas en el plástico, además de pintadas, lo que hace que dure mucho más que los modelos más baratos, donde la graduación acaba borrándose con el tiempo y restando utilidad al escalímetro.

Por último el precio: cuesta unos 8-9€, bastante más caro que otro escalímetro marca «nisu» (ni su madre lo conoce, generalmente procedentes de China).
Yo os recomiendo la inversión, que se amortiza con la mayor durabilidad.

Yo tengo uno desde hace 12 años y sigue al pie del cañón el tío!!!.

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Ejemplo de uso de un escalímetro

Las escalas son algo muy presente en nuestras vidas, mas de lo que pensais. Mirad a vuestro alrededor: un mapa de carreteras, una maqueta de un coche, una casa de muñecas, los planos de vuestro piso. ¿Para que usamos las escalas? para plasmar con exactitud la realidad en un soporte físico siguiendo las debidas proporciones.

Os voy a poner un ejemplo de la vida real: me encargan medir un local para hacer un plano que hay que presentar en el ayuntamiento para solicitar la licencia de apertura de un negocio. Bien, tomo medidas del local triangulando, y hago un pequeño croquis que luego pasaré a limpio. Lógicamente este croquis no los puedo hacer a tamaño real, para ello necesitaré una escala, la exigida por el ayuntamiento es 1:50, y aquí es donde aparece nuestro amigo el escalímetro, en este caso el faber castell, que es a los escalímetros lo que la coca cola es a las bebidas refrescantes: el mas popular y mas usado.

El que yo uso, el de siempre, tiene las siguientes escalas 1:100,1:200,1:250,1:300,1:400,1:500. Es de un plástico blanco bastante resistente, esto último con reservas, tiene 3 caras y la zona central de cada una de ellas está pintada de un color, verde, rojo y blanco, aunque hay modelos completamente blancos. Las escalas que incorpora son las mas usadas, ya que quitando un cero pasamos a 1:10, 1:20, 1:25 etc. Como anécdota deciros que cuando estudiaba arquitectura técnica, el escalímetro no servía para nada ya que en los exámenes de dibujo los retorcidos aquellos que nos daban clase nos hacían dibujar en escalas raras (1:68, 1;52..) que tenían que hacerse sobre la marcha los menos prevenidos y que algunos llevaban en tiras de cartulina, construidas de antemano, esperando que alguna de sus tiras coincidiera con la escala propuesta en el examen.

Hay gente que usa el escalímetro para trazar lineas, esto es un error, aparte de que el portaminas choque con las hendiduras de la escala y la linea no nos salga todo lo regular que quisiéramos, el escalímetro es solo para trasladar medidas, para las rectas, paralelas y perpendiculares ya usaremos el cartabón y la escuadra que son para eso. Otra cosa, cuidado con los golpes en el filo del escalímetro ya que acabaremos mellándolo.

Dicho todo lo anterior considero a este instrumento imprescindible, no solo a nivel de estudios superiores, ingenierías y arquitecturas, sino también para todo profesional que por su trabajo necesite exactitud a la hora de trasladar al papel las mediciones que hace en la realidad.

¿Merece la pena comprar un escalímetro?

En mi carrera académica las herramientas de dibujo son algo sagrado; al comienzo aprendemos a dibujar a ojo enfocando el lápiz junto con el dedo gordo, pero en el momento de pasar en limpio el bosquejo empieza el gran problemón, las medidas imaginadas gradualmente nunca son iguales, ni siquiera se asemejan cuando usamos una herramienta para medir.

Mis primeras armas en la carrera de Arquitectura como estudiante fueron: el infaltable lápiz de mina, la mina gorda, el grafito, los lápices de color blandos, la goma blanca Staeddler, las escuadras y el escalímetro; este último fue de uso indispensable en el empleo de los planos madre para las entregas finales.

Esta famosísima herramienta es recomendada para cualquier estudiante o alumno de colegio técnico por su alto grado de utilidad en el momento de construir perfectamente una obra, arquitectónica o técnica, el cambio de escalas puede llegar a marear y confundir si no se las usa adecuadamente y con la cabeza fresca (cosa que dudo, una persona que dibuja nunca tiene fresco el cráneo).

Normalmente vienen en una funda triangular plástica transparente con tapa similar las cajitas de chocolate Toblerone, puede llevarse dentro del bolso, cartera u mochila.

Es muy difícil ser creativo en una opinión de semejante producto que solo parece un hueso pa tirar, pero en la vida de un artista es un objeto de devoción… lo recomiendo terminantemente… a dibujar!!!

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