Trackball

Un trackball, o bola de seguimiento, es un dispositivo señalador que consiste en una bola que descansa sobre dos rodillos dispuestos entre sí en ángulo recto y que traducen el movimiento de la bola, en movimientos horizontales y verticales en la pantalla.

La única diferencia funcional entre un ratón mecánico y un trackball reside en cómo se mueve la bola: en un ratón, la bola gira al desplazar el aparato sobre el escritorio u otra superficie; en un trackball, la carcasa permanece estática y la bola se gira con el dedo pulgar o la mano. Este tipo de dispositivos son bastante útiles para realizar trabajos de precisión, ya que el usuario puede ejercer un control exacto con las yemas de los dedos. En cambio, para movimientos más generales, el ratón convencional se adapta mejor, y ésta suele ser la opción más recomendable para comunicarse a través de la interfaz gráfica de usuario.

Los mejores trackball

Logitech M570 Trackman

Destaca por un diseño bastante agresivo en el que la bola no queda en la parte central del trackball, sino que se decanta completamente de uno de los laterales. Esta misma bola está sobredimensionada respecto de otros trackballs que he utilizado. De hecho, es tan grande que puede manejarse con el pulgar, con el índice o con varios dedos a la vez. Lleva cuatro botones configurables que, a mi gusto, son pequeños y no demasiado accesibles, ya que la bola ocupa demasiado espacio y los botones son un poco difíciles de encontrar. Imagino que también es cuestión de hábito.

La sensibilidad de la bola es muy buena y el cursor se mueve con rapidez y precisión por la pantalla, aunque no con la fiabilidad de un ratón; el hecho de que la conexión sea inalámbrica no facilita demasiado este aspecto, pero este trackman me parece que responde mejor que algunos de los ratones inalámbricos de la misma marca.

Como punto muy positivo es que es inalámbrico, por lo que nos olvidamos de cables y tenemos autonomía para unos 18 meses.

Defectos: está claro que este trackball está pensado única y exclusivamente para usuarios diestros. Un zurdo, se puede volver majara intentando aclararse con la bola y los botoncitos, mientras que cualquier ratón permite ser configurado para ser utilizado por la mano izquierda y aunque su diseño no sea ergonómicamente simétrico en algunos modelos, sí que permite un grado de funcionalidad suficiente para salir de un apuro.

A todas luces se trata de un producto muy elaborado y con unas buenas prestaciones,

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Logitech Trackman Marble

Para mí los trackballs son un nivel superior en el campo de los ratones. La comodidad, precisión y rapidez que ofrecen se han vuelto indispensables para mí desde que empecé a trastear con el primero de ellos.

El Marble Mouse en particular es un avance lógico frente a sus predecesores. El modelo anterior (el de la bolita en el pulgar), podríamos llamarlo un trackball de tansición entre un ratón convencional y este. Sin embargo la diferencia entre manejar la esfera con el pulgar, o esta con índice y corazón es notable, en favor del Marble Mouse por supuesto.

A priori no lo parece, o esa no es la impresión que causa en gente que conozco y no lo ha probado, pero es francamente versátil a la hora de trabajar con programas de edición gráfica o CAD. La gran ventaja es la no necesidad de forzar la muñeca para hacer según que movimientos, poder levantar la mano del ratón sin que el cursor se desplace, o no tener que desplazar jamás el ratón porque se salga de la alfombrilla.

En cuanto a su uso en juegos, es igualmente satisfactorio. Sobre todo para juegos de estrategia (Starcraft, AoE…) o MMORPG’s (World of Warcraft, Final Fantasy XI, Ragnarok Online).
Quizás no sea adecuado para juegos tipo FPS (First Person Shooter), como Counterstrike, o Unreal Tournament…

Otro punto a favor es su robustez. Llevo entre 6 y 7 años con este ratón sin detectar el más mínimo atisbo de malfuncionamiento.

La única pega (para el que esté acostumbrado a ella) es que no tiene rueda, si bien se suple con botones adicionales, que por ejemplo yo he configurado para navegación (con la función de los botones Adelante y Atrás de Internet, o incluso puedes configurar la pulsación de los botones derecho e izquierdo simultáneos con la función del botón central de un raton normal, por ejemplo).

Después de más de 6 años con el Marble Mouse, daré un pasito más, pretendo adquirir un Logitech Cordless Trackman Optical. Acabo de comprarme un portátil y no he tardado nada en darme cuenta que mi trabajo con el es mucho menos eficiente que si tuviera un trackball. Mientras he «secuestrado» el Marble Mouse de mi sobremesa.

En resumen: vale la pena. Las pocas personas que conozco que han probado seriamente un trackball (en su ordenador, no 5 minutos en casa de otro), lo usan habitualmente. Por algo será.

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Kensington Orbit

He estado usando éste trackball Kensington unas semanas, ya que un amigo mío se lo compró hace poco y me comentó que tenía que probarlo, que era una pasada. Así que aprovechando una temporadita que ha estado de vacaciones, pues me lo ha dejado mientras él estaba fuera. Y ahora si que puedo aseguraros que es una pasada.

Cuando lo vi pensé que no sabría ni usarlo. Pero cuando lo conecté y empecé a usarle me di cuenta de que es de muy fácil manejo y que te acostumbras enseguida a sus funciones. Aunque los primeros minutos se extraña bastante su manejo.

Es algo más grande que un ratón normal, o mejor dicho que «normal»: actual; porque también hay cada ratón de los de toda la vida que son verdaderos armatostes. Su forma es muy ergonómica y se adapta perfectamente a la posición de la mano gracias a su forma arqueada.

Lo que más resalta de su diseño en un primer vistazo es la bola, por su posición «central» y su colorido. Es muy fácil de manejar ya que es de gran precisión y usa un sensor óptico que lee el movimiento de la bola a una velocidad de 1500 veces por segundo. Los botones son reprogramables para asignarles las funciones que más te gusten y dependiendo del programa en el que estés trabajando. Entre ellos se encuentra la «ruedecilla», muy útil para las funciones de zoom.

A mayores tiene otros dos botones que te permitirán ir adelante y atrás en el navegador de internet, al igual que lo haces actualmente en la barra de herramientas. Ésta función ya viene reprogramada, pero también podrás cambiarla a tu gusto. En definitiva, en total tenemos 4 botones que podremos configurar a nuestro gusto.

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¿Qué es un trackball?

Seguro que hay muchos que piensan que el trackball es un invento moderno, alternativo al uso del ratón. Falso. El trackball nació mucho antes que el popular ratoncito y fue uno de los primeros periféricos que se usaron en interfaces gráficos.

Podríamos describir el trackball como un ratón puesto del revés, si no fuera porque es justamente lo contrario: el ratón es un trackball al que se le dio la vuelta… En cualquier caso, en el trackball la bola está fija en una carcasa de plástico y se la hace girar con el dedo. La mano no se desplaza, sino que siempre está fija en la misma posición. Técnicamente, el trackball es idéntico a un ratón, pero sus exigencias mecánicas son más sencillas. La bola no depende de cosas tan azarosas como el coeficiente de deslizamiento de la superficie por la que se mueve o de si esta es más o menos plana. Además no coge polvo ni suciedad que haya que limpiar cada equis tiempo… Este es el motivo de que incluso después de la aparición del mouse, muchos profesionales del diseño siguieran usando este tipo de periféricos. La verdad es que los primeros ratones eran bastante cutres y poco fiables.

Sin embargo, el tiempo acabó dando la razón al primero que tuvo la loca idea de poner un trackball cabeza abajo y el ratón acabó imponiéndose. ¿Los motivos? Por una parte, los costes. El trackball necesita una estructura fija y pesada, ya que la gracia estriba en que lo único que se mueva sea la bola. Es, por lo tanto, más costoso. Por otra, la comodidad. A primera vista un trackball parece muy cómodo, pero a medida que lo vas utilizando te vas dando cuenta de que cansa bastante. El brazo está siempre en la misma posición, lo que origina cierto entumecimiento de la musculatura. Finalmente, es difícil mover el cursor con la misma rapidez y precisión que con un buen ratón, con lo que no es aconsejable para los juegos. Y el manejo de los botones también es menos natural que en un mouse convencional, aunque puedas utilizar el pulgar…

Ventajas de un trackball

Que necesita muy poco espacio: tan sólo el que ocupa el trackball. Esta es la razón de que muchos portátiles lleven integrado este aparatito. Para aquellos que tengan problemas de espacio en su escritorio, puede ser una solución aceptable.

La bola no se enguarra… ya no hay que sacarle la bolita y limpiar el ratón. No tiene contacto con la mesa y no coge suciedad. Con soplarle un poquito el polvo que pueda entrar, ya vale. El mío tiene 2 años ya y va como la seda. No se encasquilla como puede pasar con otros.

Los desplazamientos son más fáciles. Puedes mover la bola todo lo que quieras, ya no tienes que mover el ratón, levantar, volver a mover. Esto para mí es genial. Para diseño gráfico 3D, viene de lujo. Seleccionas, mueves la bolita…No tienes el problema de que se te bloquea la bola, se te sale de la albombrilla….

Otra ventaja, es que el cable no se atasca ni se engancha con la misma facilidad que con el ratón de toda la vida… ¿Cable? ¿Alguien dijo cable? ¡Pero si la industria informática ya ha rizado el rizo! Ya hay track-balls inalámbricos (y ópticos).

¿Ratón o trackball?

Optar por un Trackball o un Ratón convencional no es más que una cuestión de gustos. Ambos están diseñados para mediar entre nuestras decisiones y el «puntero señalizador», pero como es obvio, la forma de llevar a cabo dicha tarea es diferente en cada caso. ¿Cúal es mejor? Esta pregunta, que a buen seguro muchos de vosotros os estaréis formulando, me supone una respuesta un poco comprometida. No es que uno sea mejor que el otro, simplemente son distintos, y dependiendo de la situación podremos sacarle más partido a uno o a otro.

Con el TrackBall logramos un mayor control y precisión de nuestros movimientos, algo útil si queremos operar en plan cirujano, además, tampoco será necesario maltratar a nuestro pobre y abnegado «ratoncillo» con deslizamientos continuos, bruscos y en todas direcciones, tal y como tenemos por costumbre, y, por supuesto, no tendremos que preocuparnos por si el área de trabajo se nos queda corta, o si el ratón se pierde fuera de la alfombrilla.

Por contra, si esa costumbre ya está demasiado arraigada, desarrollar nuevos hábitos adaptativos supondrá cierta complicación, agravada si cabe, en el caso de usuarios con una motricidad fina poco desarrollada o deficiente. En lo que a mi respecta, he tenido algunos problemas para cogerle el «truquillo»,aunque he podido comprobar como el nivel de precisión que se práctica resulta excelente.

El diseño de un trackball es a primera vista un poco esperpéntico, ya que uno no sabe muy bien que es esa especie de «ratón» con algún tipo de «mutación genética». Es posible que más de uno muestre un ligero recelo a comprarselo, y lo entiendo, pero una vez que lo tienes bajo la palma de la mano y compruebas su funcionalidad, te das cuenta de que ya no es tan «feo».

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