Cuentan, y no es mentira, que las bodegas Pedro Domecq son de las más grandes de Jerez. Durante muchos años han sido la primera empresa vitinícola del triángulo del Sherry. Aún recuerdo cuando se podían visitar estas bodegas sin necesidad de pagar un canon económico. Cuando estabas aburrido te dabas una vueltecita por esa bodega, junto a la plaza de San Mateo, era más barato que recorrerse los muchos tabancos de esta ciudad.
Allí conocí al Anís La Castellana dulce, el segundo anís en ventas entre los peninsulares. Naturalmente, al final de la visita, teníamos que catar los productos de la bodega. Yo habría preferido tomar Anís del Mono dulce, pero a caballo regalado
¿Qué necesitas saber?
Un poco de historia
Pedro Domecq es todo un símbolo de la ciudad. Era un hombre aficionado a la cultura, por lo que solíamos coincidir en exposiciones y teatros. Sus descendientes han heredado su amor por los caballos fundando la Real Escuela del Arte Ecuestre, un prodigio inolvidable.
Pero no han heredado su espíritu tradicional. Nuevos vientos comerciales soplan por estos lares, las bodegas se convierten en multinacionales diversificando su patrimonio y se alejan cada vez más de esta ciudad, antaño su santo y seña. En 1990 compraron las aciones de DYC y en 1992 absorbieron a Anís La Castellana, S.A. Con estas dos compras Pedro Domecq se convirtió en la octava empresa de bebidas del mundo.
Actualmente mantienen su espíritu aventurero. Puesto que Anís La Castellana dulce no alcanza las cifras de venta de Anís del Mono dulce han lanzado al mercado un nuevo anís, Coloso de Chinchón, con el que esperan lograr el primer puesto. Es un licor que padece de los mismos defectos, en mi opinión, que Anís La Castellana dulce, demasiado fuerte para ser dulce.
Anís La Castellana fue patentado en 1919. Cuenta el Google, que en estas cosas no suele mentir, que en Valverde del Majano ardió una fábrica de licores al estallar un alambique. Nicomedes García relevó a su padre y puso en marcha este anís.
Al parecer era un listo. En la guerra civil (¿por qué la llamarán civil si hubo una invasión militar?) se convirtió en el mayor fabricante de turrones, con 400.000 kilos. Ganada la guerra por los Nacionales amplió su fábrica e implantó una red comercial con agentes en todas las ciudades importantes.
Basado en la publicidad consiguió hacer de La Castellana el primero de España, con más de 7 millones de ventas anuales.
Aquellos tiempos pasaron. Domecq no está por la labor de invertir en un anís perdedor y pretende captar el mercado mañanero, desplazar el anís seco por su Coloso de Chinchón.
No lo suelo comprar, pero en un jerezano es normal que lo haya catado en muchas ocasiones. Sobre todo allí, en la bodega, sentadito en una mesa redonda, con 6 botellas de distintas marcas delante mía. Todas diciendo: ¡bébeme!
A fin de cuentas es uva palomino fino, mezclada con agua mineralizada, jarabe azucarado y esencia de matalahúva
Mi opinión del Anís La Castellana
A mí me gusta tomarlo en vaso de tubo, con mucho hielo, y dejarlo un ratito para que se enfríe mucho…una delicia, de verdad… es lo que se llama «palomita», o eso me dijo mi padre cuando me vio con la copaza jejeje
Me gustó tanto que lo pedí alguna que otra vez, pero siempre me decían que llevaba alcohol y que sólo lo podía tomar cuando estuviera mal del estómago. Ahora unos cuantos años después, en verano sobre todo, me gusta tomarme una de estas palomitas, que con su dulce vuelo entran en mi boca.
Respecto a la bebida en sí, al licor de anís, decir que se hace a base de semillas de anís seleccionadas, y una variante de plantas exóticas, todo ello mezclado con alcohol.
El precio está genial, ya que normalmente cuando lo he pedido me han cobrado 1€ por la copa de castellana, y me parece un precio más que razonable para los buenos ratos que paso en su compañía jeje.
La botella está rondando los 6,50€ u 8 euros depende de dónde la compres. Si quieres conseguir Anís La Castellana más barato, en las ofertas que os he dejado en este artículo lo encontrarás a mejor precio.
Este licor es uno de los más dulzones así que si no os gusta el dulce no os lo recomiendo… pero es ideal para después de una comilona.
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